La misma rutina, las mismas calles, la misma gente. Como guiado por la desidia acudió a los mismos lugares. Se rió, tomo unas copas, disfrutó con “su música”. Poseía ese talento innato que sólo unos pocos afortunados reciben casi como un don divino. Habría llegado tan lejos.... Pero el azar se cruzó en su camino y decidió arrebatarle en un suspiro todo aquello que con tanto esfuerzo había logrado. Se acabó. Ya no le quedaban sueños, ni esperanzas, ni tan siquiera futuro.
Abrió los ojos, parecía extasiado, como si hubiese realizado un viaje infinito. No encontró a su alrededor a nadie conocido. Se sintió desconcertado. ¿Qué había ocurrido? Quiso llorar, pero apenas le quedaban lágrimas. Tampoco sintió latir su corazón. Le invadió el desconcierto. No sintió dolor. En un intento por recuperar la calma, cerró los ojos, deseando que al abrirlos de nuevo todo hubiese vuelto a la normalidad. Pero todo fue oscuridad. Escuchó gritos. Segundos más tarde le envolvió el silencio. Se sintió bien por un momento, y sólo deseó que allá abajo todo siguiera como antes, como si nada hubiera cambiado tras su marcha.
Pero el resto de su mundo no pudo superar su partida y se desplomó. Se rompió en mil pedazos que se dispersaron sobre aquel manto rojo de asfalto y cristales, justo en el lugar donde yacía su cuerpo inerte. Sin quererlo había roto tantas vidas.... Por primera vez desde que cerrase los ojos sintió dolor; quiso llorar. Derramó, a modo de lluvia, las pocas lágrimas que pudo encontrar en medio de aquella turbación y descansó para siempre.
Como si de un mal guión se tratase, aquella que había arrebatado su alma esbozó una infame sonrisa. Había ganado.
Abrió los ojos, parecía extasiado, como si hubiese realizado un viaje infinito. No encontró a su alrededor a nadie conocido. Se sintió desconcertado. ¿Qué había ocurrido? Quiso llorar, pero apenas le quedaban lágrimas. Tampoco sintió latir su corazón. Le invadió el desconcierto. No sintió dolor. En un intento por recuperar la calma, cerró los ojos, deseando que al abrirlos de nuevo todo hubiese vuelto a la normalidad. Pero todo fue oscuridad. Escuchó gritos. Segundos más tarde le envolvió el silencio. Se sintió bien por un momento, y sólo deseó que allá abajo todo siguiera como antes, como si nada hubiera cambiado tras su marcha.
Pero el resto de su mundo no pudo superar su partida y se desplomó. Se rompió en mil pedazos que se dispersaron sobre aquel manto rojo de asfalto y cristales, justo en el lugar donde yacía su cuerpo inerte. Sin quererlo había roto tantas vidas.... Por primera vez desde que cerrase los ojos sintió dolor; quiso llorar. Derramó, a modo de lluvia, las pocas lágrimas que pudo encontrar en medio de aquella turbación y descansó para siempre.
Como si de un mal guión se tratase, aquella que había arrebatado su alma esbozó una infame sonrisa. Había ganado.
Desgraciadamente las historias no siempre tienen un final feliz. Y desgraciadamente muchas de ellas no son simplemente un mal guión cinematográfico.
4 comentarios:
Sinceramnete, me ha gustado tanto la historia que me he quedado sin palabras.No sé con plena seguridad si irá dedicado a alguien en especial aunque creo que si, incluso, creo saber a quién. De cualquier modo déjame decirte que puedes sentirte orgullosa de este post porque has conseguido convertir una trágica destino en un relato presioso, con garra, fuerza y mucho sentimiento.Enhorabuena.
Gracias por tu comentario. Por desgracia sí, va dedicado a alguien especial en una fecha especial...Gracias de nuevo. Un saludo.
yo creo q as pagaado a neciel para que escriba este comentario tan positivo xD
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